La etiqueta energética es una herramienta de carácter informativo utilizada en todos aquellos aparatos que consumen electricidad, la cual como su nombre lo menciona expresa de forma sencilla la eficiencia energética del producto, y su principal finalidad es informar al comprador.
¿Qué es?
En términos generales, se trata de un adhesivo donde se identifica la calificación energética del electrodoméstico, y se posiciona en una escala evaluativa del consumo. En sí, el apartado describe los datos de consumo y eficiencia del producto, lo cual actualmente es de carácter obligatorio.
Es decir, los fabricantes y las empresas distribuidoras deben utilizar esta herramienta, en cumplimiento con la normativa de etiquetado energético vigente, la cual exige que la etiqueta sea visible al consumidor, por ello, generalmente se ubica en la sección frontal o superior del producto.
Clases de etiquetas energéticas
La escala actual de calificación energética, se compone de 7 letras correlativas que van desde la A hasta la G, representando así la mejor y peor calificación energética.
A su vez, en este apartado, también se señalan otros datos importantes, como la cantidad de agua empleada en cada ciclo de lavado, o la capacidad de almacenamiento del ruido, dependiendo por supuesto de las características y funciones del aparato.
Por ejemplo, también se utilizan etiquetas energéticas para los pisos y viviendas, en las cuales se menciona información sobre el consumo anual de energía y el consumo anual de CO2. Esto, con el objetivo de informar a los usuarios sobre el consumo energético, a fines de que este sea un factor a considerar durante la compra, y puedan inclinarse por equipos más eficientes.
Cabe destacar, que diversos autores recomiendan que los electrodomésticos de consumo diario sean de eficiencia A+++, A++, A+, o B, quienes reflejan un consumo moderado, y ayudan a evidenciar un ahorro en las facturas del suministro eléctrico. Acotando que los productos C y D son sinónimo de excesivo consumo, y no vale la pena hablar sobre las categorías E y F.
¿Cómo entenderla?
La etiqueta energética es de fácil interpretación, la cual se compone de los siguientes elementos:
- Código QR: código único que podrás escanear para obtener mayor información sobre el producto.
- Clase energética: en ella se indica el grupo donde ha sido clasificado el producto, por ejemplo, A o B, mencionando que anteriormente también se señalaba una subcategoría, como A+++ o A++, pero ya no es obligatorio.
- Consumo anual de energía: señala el consumo energético del electrodoméstico, el cual debe estar expresado en kWh.
- Pictogramas: en esta sección, se detalla información adicional del producto, como la medición del volumen expresada en litros, o la medición del ruido expresada en decibelios, y posicionada en una escala de la A a la D.
Cabe mencionar, que la cantidad de pictogramas visibles en la etiqueta dependerá del fabricante, y que la clase energética suele estar representada por un color distintivo, donde el verde oscuro indica una elevada eficiencia energética, y el rojo representa lo opuesto.
Importancia de la etiqueta energética
La etiqueta energética tiene como propósito proporcionarle toda la información necesaria al consumidor, para que este pueda realizar una adecuada compra, pues no es lo mismo adquirir un producto clase A qué clase F, y en especial no tendrán el mismo impacto medioambiental.
Así mismo, la disparidad no sólo se evidencia en la clase, sino también en la economía, pues aunque adquirir un equipo con alta eficiencia suele ser un poco más elevado económicamente, será con el tiempo, un ahorro en el consumo eléctrico del hogar, ya que requerirá un menor consumo de luz y agua.
En otras palabras, al comparar productos no sólo por su precio sino también por su eficiencia energética, estarás haciendo una inversión a futuro, y a su vez reduciendo la emisión de gases contaminantes.
¿Dónde aparece?
Como se comentaba previamente, la etiqueta energética debe posicionarse en un lugar visible ante los ojos del consumidor, mencionando que en el caso de los países de la Unión Europea, se ha seleccionado una comisión encargada de determinar las clases energéticas de cada producto, bien sean calentadores de agua, televisores, consolas de videojuegos, e incluso aspiradoras.
Así mismo, la normativa incentiva a los organismos y las autoridades nacionales a procurar emplear productos que pertenezcan a la clase energética más alta, a fines de promover la industria de los productos eficientes.
Caducidad de la etiqueta energética
En cuestión, se considera que la etiqueta y los certificados energéticos, caducan trascurrido un periodo de 10 años posteriores a su emisión, ya que una vez culminando este lapso se sugiere renovar los electrodomésticos, o por lo mínimo, comprobar el estado y funcionamiento de los mismos.
Por otra parte, en el caso de los pisos y viviendas, se recomienda que al momento de vender o alquilar se apliquen las actualizaciones y recomendaciones pertinentes, a fines de priorizar el valor añadido y la calidad del inmueble.
Beneficios de la eficiencia energética
Tanto en el campo empresarial como a nivel de hogar, son variados los beneficios que ofrece contar con equipos de elevada eficiencia, entre ellos:
- Disminución de los costos, corto retorno de la inversión, y mayor control presupuestario en las facturas del suministro eléctrico.
- Optimización de los recursos naturales, apoyo hacia una economía de proximidad, mejoras en el abastecimiento energético, y disminución del impacto ambiental.
- Reducción de las emisiones de gases asociados con el efecto invernadero.
- Disminución de las malas prácticas en el manejo energético, reducción de los riesgos técnicos y accidentes de personal, mayor vida útil de los electrodomésticos, y optimización de los niveles de productividad.
- Mejoras en el branding empresarial, pues al apostar por estos productos estarás fomentando la importancia de combatir el cambio climático, y de aplicar pequeñas modificaciones que contribuyan a reducir el impacto ambiental, lo que por supuesto influye en la captación de clientes.
- Los equipos con alta eficiencia energética son sinónimo de innovación tecnológica, otorgándole a tu empresa una posición vanguardista, y a su vez reduciendo los accidentes asociados con la salud financiera, ambiental y laboral.
En definitiva, la etiqueta energética es una herramienta valiosa que debes considerar para poder efectuar una compra inteligente.