activista en una manifestación ecologista

Todos, alguna vez, nos hemos preguntado si nuestras acciones tienen un impacto real. La respuesta a esta pregunta es sí. Nuestras acciones importan. Sin embargo, existen ciertas limitaciones. 

¿Por qué tus acciones son valiosas?

Todo lo que hagas y todas las decisiones que tomes tienen un cierto impacto, busca que este sea el mejor posible. Si tienes la libertad de elegir entre diferentes opciones y no hay ninguna barrera que te lo impida, ¿por qué no eliges la opción que mejor concuerda con tus valores? Elegir opciones que respetan a las personas, los animales y el planeta siempre es una buena opción. 

Impacta positivamente en la sociedad. Tus elecciones afectan (para bien o mal) a otras personas. Con tu dinero estás votando en que tipo de sociedad te gustaría vivir y bajo que valores. 

Las pequeñas acciones suman. Si tomamos decisiones con frecuencia, o si muchos de nosotros tomamos las mismas decisiones, la oportunidad de tener un impacto es enorme. Cuando muchas personas toman las mismas decisiones, las empresas y los gobiernos comienzan a tomar nota

Todos tenemos el poder de poder influir en otras personas. Puedes inspirar a tus familiares, amigos, compañeros de trabajo, etc a que también tomen decisiones más sostenibles. Tus pequeñas acciones se pueden contagiar y convertir en un gran movimiento.

Tomar decisiones éticas y sostenibles te hace sentir bien. Esto no salvará el mundo, pero actuar conforme a tus valores te hace sentir alineado contigo mismo y lleno de satisfacción. Si bien, esto no debería sucederte a la inversa. No debes sentirte mal en el caso de que algunas de tus decisiones no resulten éticas o sostenibles.

Pero como hemos apuntado al principio, existen ciertas limitaciones en nuestras acciones individuales.

¿Qué limitaciones tienen nuestras acciones?

Las acciones individuales solas no pueden cambiar todo un sistema. Puedes optar por comprar todo lo que compras sin embalaje, comprar en tiendas a granel, cultivar tus propias frutas y verduras o optar por productos de segunda mano, pero el sistema todavía produce alimentos en envases, anuncia comidas listas para llevar y alimentos preparados y anima a la sociedad en su conjunto a comprar productos nuevos. 

No todos tenemos las mismas posibilidades. Todo el mundo no tiene la misma capacidad adquisitiva, tiendas a granel cerca, un ambiente que fomente este tipo de acciones, la posibilidad de ir al trabajo en bici, etc. Esto dificulta las posibilidades. 

Por último, nos gustaría recordarte que la contaminación, el cambio climático, el desastre medioambiental no es tu culpa. Ni tienes porque sentirte culpable si, en ocasiones, tus acciones no son lo más sostenible posible. Tú solo no puedes cambiar el mundo. Céntrate en las pequeñas acciones que sí puedes realizar. 

Las acciones individuales importan. Pero el mayor impacto no lo consigues cuando no utilizas una bolsa de plástico. El mayor impacto lo consigues cuando lográs influir en las personas de tu alrededor. Cuando gracias a ti, tu mejor amiga, tu hermano, tu madre, dejan de utilizar bolsas de plástico. 

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